En épocas electorales, el tema de la reforma educativa se vuelve un tópico necesario por su impacto en la población de que exista en los iluminados candidatos un real convencimiento de que algo debe hacerse en ese asunto, de mayor o menor envergadura.
Escucharlos hablar de distintos temas relacionados con una verdadera acción que transforme la educación en el Perú es normal para los electores. Algunos de ellos solo esbozan el rótulo, quizás porque no comprenden ni desarrollan necesariamente el contenido de aquello que debe realizarse para lograr una sociedad nueva.
Por otro lado, la sociedad peruana se encuentra, más que nunca antes en la historia, frente a la oportunidad dorada de enfrentar sus problemas y superarlos, más cuando se trata de una de las aristas más importantes del análisis, que afecta a las generaciones actuales y a las que están por venir.
Revisemos algunas ideas que se manosean diariamente como discursos de diverso calibre en boca de nuestros aspirantes a líderes del país en el que nos tocó vivir:
Infraestructura
Como es natural, por ser lo más evidente y ostensible, las promesas electorales inician y hasta se detienen en la mal llamada reforma educativa que para ellos únicamente está referida a dotar al sistema educativo de una completa red de locales donde pueda estudiarse decentemente. Esto, que no deja de ser una realidad necesaria de abordar, no es la única meta que debe tener presente el candidato y mucho menos el elector, porque el problema de la educación en el Perú no se agota en la infraestructura educativa sino que va mucho más allá.
Sin embargo, como ya se dijo, es una necesidad que debe ser atendida. Existe actualmente una serie de estudios efectuados sobre la diversidad de modelos aplicables a las estructuras de los locales y los materiales a ser empleados según la zona de que se trate, lo cual es un gran avance en relación con un modelo único de diseño y construcción de escuelas.
Asimismo, en el terreno del mobiliario, debe atender a las distintas realidades que exhibe nuestro país, en busca de soluciones específicas y direccionadas según los espacios de destino, ya sea con criterios climáticos, sociales, económicos y curriculares, o en función de alumnado que se tiene, ya sea regular o adulto.
En este tema, debe incidirse ya, teniendo en cuenta la visión de un país organizado digitalmente, que las herramientas tecnológicas deben ser parte inherente de la enseñanza, tomando en cuenta todos los factores enumerados y previendo los cambios que se requiere para poder implantar este modelo educativo, es decir, antenas, equipos, internet, etc.
En definitiva, resulta necesario entender que, si bien es cierto la construcción de escuelas o la remodelación de algunos emblemáticos centros de estudio es importante y necesario en todos los casos, no es en sí misma una reforma educativa ni siquiera de la calidad de la educación sino una herramienta indispensable para el desarrollo de las actividades relacionadas con la enseñanza y el soporte idóneo para el desarrollo de nuestro sistema educativo con miras hacia un escenario ideal.
Gestión educativa
De la mano con la decisión y gestión de los recursos necesarios para lograr una infraestructura que posibilite la enseñanza en óptimas condiciones en cualquier rincón de nuestro país, va el tema de la administración y manera de conducir el sistema educativo.
Muchas veces hemos asistido al manido debate sobre la gestión a cargo de los gobiernos locales, o más recientemente a cargo de los gobiernos regionales, en desmedro del gobierno central, por cuestiones de ineficiencia comprobada, se dice.
Pero, más allá del debate, que se torna político finalmente, y con el componente de riesgo altamente identificado por los aspectos relacionados con las concesiones y discrecionalidades que aspectos de compras habría en un esquema descentralizado, lo cierto es que, en efecto, se debe buscar la gestión más eficiente.
En lo particular, con un fuerte, sólido e imparcial sistema de control, los mecanismos de gestión deben seguir estando en manos del gobierno central, pudiendo dotarse a los gobiernos de menor jerarquía aquellos aspectos que dependan necesariamente de la realidad local y que mal pueden preverse desde un esquema centralizado. En este sentido, las normativas que regulen al sistema y sus detalles más generales de gestión y control pueden coexistir con lineamientos descentralizados que atiendan las particularidades de cada zona.
Las decisiones que se tomen en sede central deben obedecer al modelo de sistema que se opte, que es la primera tarea del gobernante. Debe decidirse qué modelo de enseñanza quiere el Perú del siglo XXI, con base en ello decidir la infraestructura que se necesita y el modelo de gestión que resulte más idóneo. Por otro lado, aquellas experiencias de control en manos de los propios padres de familia han resultado exitosas en la mayoría de los casos, dependiendo de la zona de que se trate.
Contenido académico y enseñanza basada en valores
Poco menos del 30% de los peruanos en edad escolar no se matriculan a clases, es decir, tenemos un forado de asistencia y de cobertura de la educación. Las causas son diversas y podría demandar un estudio mucho más complejo intentar descubrirlas, ya que vienen vinculadas con el contexto social, cultural, económico y de diversa índole, como que muchos de los niños y adolescentes de zonas rurales deben concentrarse en el trabajo tempranamente antes que en la escuela.
Pero ello no impide ver que una de esas causas sea el nivel de la enseñanza, así como la orientación que debe ser diferenciada en función de las necesidades de los educandos y de la población en general. Pero, al mismo tiempo, procurar que todos tengan igualdad de condiciones mínimas para desarrollar ciertas aptitudes que les serán de provecho en el Perú del futuro, un país que se va convirtiendo en un gran mercado global, y en el que los productos se oferten por internet y el comercio electrónico sea cotidiano. Esta realidad debe ser advertida y pensada por nuestros gobernantes y legisladores.
En este país, apenas despertamos ante el letargo de sabernos poco o malos lectores cuando ya debemos de preocuparnos en el uso de la tecnología y de cómo esta haga más fácil la vida de los seres humanos. Por ello, la orientación de la enseñanza es importante que sea relevada teniendo en cuenta estas consideraciones.
Adicionalmente, tratándose de calidad de la enseñanza y la orientación hacia valores, dos aspectos que de alguna manera –incipiente todavía- se han venido tratando de abordar en los últimos años, las agendas presidenciales deben incidir de modo agresivo. No podemos permitir que los profesores tengan mal nivel académico o se quejen porque se pretende tomar pruebas que los evalúe para determinar sus condiciones académicas, o que se quejen por la dificultad de las mismas. Es un escenario corrupto en el que nos hemos estado moviendo, llevados por un mal concepto de gremio que todo lo apaña y todo lo esconde, haciendo que la calidad de la enseñanza en el Perú peligre. Si estamos convencidos que el presupuesto para educación es una inversión y no un gasto, comencemos por ordenar internamente la casa para que no haya más sinvergüenzas bajo el título de profesor.
A nivel de valores, por otro lado, ya se ha comenzado desde los más pequeños a sembrar este hábito de análisis, inclinando todo hacia el tamiz de lo correcto y lo incorrecto, lo debido y lo indebido, a partir de comparaciones de conducta que se hace. Pero el problema subsiste en nuestra actual sociedad porque mientras a los niños les enseñan a valorar sus comportamientos en términos de lo correcto y debido en busca del bien superior, los padres que pertenecen a otra generación siguen tomando decisiones correctas, como mentir al jefe en el trabajo, pasarse la luz roja, coimear al policía de tránsito, saltarse la cola para llegar primero a la ventanilla, hacer las compras del mercado familiar cargándolas al RUC de la empresa familiar, no pagar el pasaje completo en el bus o exigir que este se detenga en cualquier esquina que no es paradero oficial. Es decir, en este momento crucial de corte generacional, problema que han afrontado las sociedades en procesos de cambio, los niños necesitan un fuerte refuerzo en valores para que, a pesar de los padres digan o actúen en sentido contrario, el análisis en valores sea el que resulte victorioso. Es todo un reto, pero necesario, si queremos pasar este escollo generacional rumbo a un Perú visionado como una sociedad en la que la conciencia del deber sea la que prime en función del bien común.
Aspectos salariales
Finalmente, pero no menos importante la política salarial del magisterio. Si tenemos una educación de nivel óptimo, reforzada en valores, con incentivo de la cultura y el arte, predominantemente acentuada hacia los aspectos técnicos que requiere el entorno social del educando, que optimice el uso de la tecnología, y con profesores de buen nivel, debe pagarse bien a esos profesionales, sin duda alguna.
Es sabido que en países de nivel académico más elevado, la educación pública es de primer nivel, el Estado se preocupa por sus educandos y los califica exigentemente. Aplicar ese modelo al Perú, revisando las estructuras mismas de la enseñanza, dejando de lado aspectos que fueron moldes en boga hace ya casi 100 años, pero que hoy resultan poco aplicables, seguramente.
Actualmente, un profesor gana poco, tiene otros trabajos, se malbaratea y brinda, por consiguiente, una formación de baja calidad, ese es el común denominador de nuestro magisterio, a eso se lo ha llevado, postergado por un interés siniestro de tener un país minusválido académicamente. Eso debe terminar y ser corregido.
De manera que cuando un candidato a lo que sea mencione las palabras reforma educativa preguntémonos si está considerando todas estas variables en su enfoque y análisis, si ofrece las soluciones a todas ellas y, lo más importante, si exhibe claramente el modo en que la llevará adelante.
¡A votar pero con conciencia!
Revisar
Informe sobre la Educación Peruana
http://www.perueduca.edu.pe/ninas-y-adolescentes-zonas-rurales/archivos/informe_educ_peruana.pdf
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