Diálogo de la película "Notebook" (2004), del guionista Jeremy Leven y la adaptación de Jan Sardi, basado en la novela original de Nicholas Sparks

martes, 22 de marzo de 2011

22 de marzo 2011: Día Mundial del Agua


El Día Mundial del Agua se origina en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil del 3-14 Junio de 1993, después de la cual, La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución por la que el 22 de marzo de cada año, fue declarado Día Mundial del Agua.

En el Perú, los organizadores esperan que cientos de personas entre adultos, jóvenes y niños se unan a las celebraciones del Perú como parte de la gran cruzada internacional por el Día Mundial del Agua 2011 que se conmemora el 22 de marzo.

El lema elegido para las actividades de este año es “Agua para las ciudades, un desafío urbano”, cuyo mensaje se centra en los efectos que causa el impacto del creciente aumento de la población urbana sobre los sistemas de abastecimiento de agua.

Además, se prevé que participen diversas personalidades, autoridades y representantes de los organismos e instituciones involucradas en la gestión de los recursos hídricos y la población en general.

Cabe resaltar que este evento deportivo es organizado también por la Municipalidad de Miraflores y el Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático (MOCICC).

Visitar:

viernes, 18 de marzo de 2011

Manuel Estela Benavides: Reflexiones de los 20 años de Fundación de la SUNAT (1991-2011)

Trancribimos un texto muy maduro del ex Superintendente de SUNAT, Manuel Estela Benavides, fechado el 8 de marzo y que intenta causar reflexión, en momentos en que, por ejemplo, los candidatos presidenciales tienen la oportunidad de proponer mejoras al tema tributario en general, dentro de lo que se conoce -y así también lo menciona el autor- como el triángulo impositivo: el régimen, el código y la administración.

Más allá del objetivo electoral del autor en su rol de candidato congresal, consideramos oportuna la reflexión por la identificación de quien tuviera a su cargo la dirección del asunto tributario en sus orígenes , por lo que el conocimiento del tema está descontado. Además, existe un tema que se trata que es fundamental y con el cual coincidimos plenamente, la autonomía institucional, al más alto nivel.


 
REFLEXIONES DE LOS 20 AÑOS DE FUNDACIÓN DE LA SUNAT 1991-2011


Manuel Estela Benavides


Creo conveniente comenzar estas reflexiones reconociendo un hecho: siempre he percibido que mi relación con la SUNAT es de una naturaleza especial, que está más allá de una resolución de nombramiento y de una carta de renuncia.

Al respecto, confieso que aún me sorprendo al constatar dos decisiones singulares. La primera, haber aceptado en febrero del 1991, la inmensa tarea de dirigir la restauración de la tributación peruana. Determinación que se tradujo en un esfuerzo conjunto que, en aquellos días, sintetizaba con la siguiente expresión:

“La SUNAT siembra honestidad donde impera corrupción.

La SUNAT reemplaza escepticismo por credibilidad.

Y, así, la SUNAT va desterrando la frustración,

instaurando esperanza en nuestro país”.

Hoy veo, con meridiana transparencia, que tales palabras evidencian la esencia del alma de la SUNAT.

En el contexto económico y social de ese tiempo, que en términos de Jorge Basadre, caracterizaríamos como “al borde del abismo”, tanto la urgencia de reinsertar al Perú en la Comunidad Financiera Internacional como la impostergable necesidad de recuperar el equilibrio macroeconómico, pusieron el balance fiscal y, consecuentemente, la cuestión tributaria como un asunto absolutamente prioritario.

En ese escenario, fue posible implementar –sin interferencia de grupos de poder- un diseño técnico que abarcó los tres vértices del triángulo impositivo: el régimen, el código y la administración. Así, tuvo lugar el periodo fundacional: 1991 – 1994.

Una mirada retrospectiva deja ver con claridad que en él se establecieron sólidos cimientos en materia de capital humano, estructura organizacional, sistema de gestión de información; se simplificó el régimen tributario y se reformuló el código impositivo. Pero, también, revela diáfanamente que ese proceso que tantas ilusiones despertó quedó inconcluso, específicamente en lo que concierne al proyecto de construir una tributación equitativa.

Considero que luego la historia de la SUNAT se vuelve azarosa: se suceden un periodo de tinieblas, un esfuerzo restaurador también inacabado, una etapa errática y una incierta situación institucional de alguna forma encubierta por una tendencia favorable de la recaudación que principalmente deriva de la evolución positiva de los precios de los commodities.

Ahora es claro que el proyecto SUNAT incomodaba a quienes ven al Perú como un espacio para hacer malos negocios, a quienes más allá de un lenguaje a favor de modernizar el Estado, en realidad hacen todo lo que pueden para que el Estado peruano siga siendo frágil e incoherente. Porque así pueden realizar con mayor facilidad el propósito de utilizar la función pública en beneficio privado.

El futuro de la SUNAT no puede continuar acumulando improvisaciones y desaciertos. ¿Puede alguien en su sano juicio pretender el retorno a una institución tributaria tipo la Dirección General de Contribuciones? Ciertamente, no.

Hay que subrayar que la SUNAT tiene un rol crucial en la cristalización del mayor anhelo peruano: alcanzar el crecimiento con bienestar difundido. La llave de bóveda para lograr el desarrollo es la misión que concierne a la SUNAT. Para tal fin, hay que replantear la cuestión tributaria desde la perspectiva correcta: la equidad. La tributación que el Perú necesita para que haya justicia en el país, tiene que estar protegida de la influencia de operadores políticos y grupos profesionales al servicio de intereses particulares. En mi opinión, aspirar a mejorar la tributación peruana soslayando esa exigencia equivale a pretender arar en el mar.

Aspirar a mejorar la tributación en el Perú, ir hacia una tributación constructora de equidad, requiere primordialmente establecer la autonomía constitucional de la SUNAT.

Por esa causa, y solo por ella, puedo explicar mi segunda decisión singular : incursionar en la vida pública aceptando sin amargura la exigente condición de adentrarme en un terreno en el que la complejidad y la ambigüedad de la condición humana son particularmente evidentes.

El aspecto equitativo de la tributación supone una convicción básica: entender al país como Patria. ¿Qué es Patria? Es algo más que un espacio para hacer transacciones. Patria significa tierra de nuestros ancestros, experiencia de vida de una comunidad. Patria peruana evoca múltiples raíces. La unidad peruana no nace de un origen común, sino de una historia vivida en una misma tierra con no pocas experiencias ingratas, atravesada de paciencias ocultas y dolorosas injusticias. Patria es vivir como la gran familia de esta tierra nuestra y ello exige hacer justicia con los tradicionalmente marginados y humillados. Aquí reside la grandeza de la tributación: constituye un instrumento privilegiado para hacer realidad “la Patria Invisible” de la que nos habla Jorge Basadre. Estoy seguro que esa es la forma en que los trabajadores de la SUNAT entienden y sienten la tributación.

En nuestro país, están mal repartidas las riquezas y las penas. Se habla mucho de inquietud por los pobres. Pero no es seguro que se vayan a adoptar las decisiones necesarias para que su situación cambie. Hay que trabajar para instaurar en el Perú las condiciones necesarias para construir equidad. Y en esta tarea, la tributación resulta crucial. No se trata solo de proclamar una preocupación por los pobres como un adorno.

Entiendo la política de una manera diferente a la concepción común imperante. La entiendo como la participación del individuo en las decisiones que atañen a los asuntos públicos. Tal participación es un deber y un derecho inalienable de todo ciudadano. La entiendo como un servicio al bien común, sin esperar nada a cambio; y no como el privilegio de una parte de la población para su propio beneficio. Es hora de enfrentar esta cuestión sin falsos miedos.

Incursiono, pues, en política para luchar por la autonomía constitucional de la SUNAT: en este peregrinaje estoy junto a la SUNAT. En este marco, agradezco a quienes han tenido el coraje de proporcionarme sus correos personales. Ello es un signo de compromiso y esperanza. Lo que no se siembra no se cosecha; lo que no se empieza con sudor y lágrimas, con ingenio y entusiasmo, no se alcanza en la vida.

Creo que la esperanza de un porvenir peruano más justo, que la conciencia de la dignidad y el sentido de los derechos que cada peruana y peruano tiene, con la experiencia atribulada vivida por la SUNAT en no pocos años de su vida, confieren a la exigencia de la autonomía constitucional una hondura y apasionada serenidad que nada podrá detener. Esta causa, es la tarea que requiere el apoyo de todo peruano de buena voluntad.

Puedo entender que vivencias laborales poco gratificantes pueden generar una invitación al pesimismo y al temor. Estas reflexiones pretenden de alguna manera responder a esas tentaciones. La desesperanza no nace ante una obstinada adversidad, tampoco del agotamiento por una lucha desigual. Ella se impone cuando no se tiene motivos para luchar y entonces se produce la inacción. Aunque la tarea que viene será difícil, las razones para luchar son manifiestas y pétreas. En mi caso, tratándose de la tributación constructora de equidad, las tengo más claras que nunca.

Bendita SUNAT : volverás a renacer, porque el bien del Perú lo exige.

* * *

lunes, 14 de marzo de 2011

Sobre las maneras de entender la “reforma” educativa en el Perú

En épocas electorales, el tema de la reforma educativa se vuelve un tópico necesario por su impacto en la población de que exista en los iluminados candidatos un real convencimiento de que algo debe hacerse en ese asunto, de mayor o menor envergadura.

Escucharlos hablar de distintos temas relacionados con una verdadera acción que transforme la educación en el Perú es normal para los electores. Algunos de ellos solo esbozan el rótulo, quizás porque no comprenden ni desarrollan necesariamente el contenido de aquello que debe realizarse para lograr una sociedad nueva.

Por otro lado, la sociedad peruana se encuentra, más que nunca antes en la historia, frente a la oportunidad dorada de enfrentar sus problemas y superarlos, más cuando se trata de una de las aristas más importantes del análisis, que afecta a las generaciones actuales y a las que están por venir.

Revisemos algunas ideas que se manosean diariamente como discursos de diverso calibre en boca de nuestros aspirantes a líderes del país en el que nos tocó vivir:

Infraestructura

Como es natural, por ser lo más evidente y ostensible, las promesas electorales inician y hasta se detienen en la mal llamada reforma educativa que para ellos únicamente está referida a dotar al sistema educativo de una completa red de locales donde pueda estudiarse decentemente. Esto, que no deja de ser una realidad necesaria de abordar, no es la única meta que debe tener presente el candidato y mucho menos el elector, porque el problema de la educación en el Perú no se agota en la infraestructura educativa sino que va mucho más allá.

Sin embargo, como ya se dijo, es una necesidad que debe ser atendida. Existe actualmente una serie de estudios efectuados sobre la diversidad de modelos aplicables a las estructuras de los locales y los materiales a ser empleados según la zona de que se trate, lo cual es un gran avance en relación con un modelo único de diseño y construcción de escuelas.

Asimismo, en el terreno del mobiliario, debe atender a las distintas realidades que exhibe nuestro país, en busca de soluciones específicas y direccionadas según los espacios de destino, ya sea con criterios climáticos, sociales, económicos y curriculares, o en función de alumnado que se tiene, ya sea regular o adulto.

En este tema, debe incidirse ya, teniendo en cuenta la visión de un país organizado digitalmente, que las herramientas tecnológicas deben ser parte inherente de la enseñanza, tomando en cuenta todos los factores enumerados y previendo los cambios que se requiere para poder implantar este modelo educativo, es decir, antenas, equipos, internet, etc.

En definitiva, resulta necesario entender que, si bien es cierto la construcción de escuelas o la remodelación de algunos emblemáticos centros de estudio es importante y necesario en todos los casos, no es en sí misma una reforma educativa ni siquiera de la calidad de la educación sino una herramienta indispensable para el desarrollo de las actividades relacionadas con la enseñanza y el soporte idóneo para el desarrollo de nuestro sistema educativo con miras hacia un escenario ideal.

Gestión educativa

De la mano con la decisión y gestión de los recursos necesarios para lograr una infraestructura que posibilite la enseñanza en óptimas condiciones en cualquier rincón de nuestro país, va el tema de la administración y manera de conducir el sistema educativo.

Muchas veces hemos asistido al manido debate sobre la gestión a cargo de los gobiernos locales, o más recientemente a cargo de los gobiernos regionales, en desmedro del gobierno central, por cuestiones de ineficiencia comprobada, se dice.

Pero, más allá del debate, que se torna político finalmente, y con el componente de riesgo altamente identificado por los aspectos relacionados con las concesiones y discrecionalidades que aspectos de compras habría en un esquema descentralizado, lo cierto es que, en efecto, se debe buscar la gestión más eficiente.

En lo particular, con un fuerte, sólido e imparcial sistema de control, los mecanismos de gestión deben seguir estando en manos del gobierno central, pudiendo dotarse a los gobiernos de menor jerarquía aquellos aspectos que dependan necesariamente de la realidad local y que mal pueden preverse desde un esquema centralizado. En este sentido, las normativas que regulen al sistema y sus detalles más generales de gestión y control pueden coexistir con lineamientos descentralizados que atiendan las particularidades de cada zona.

Las decisiones que se tomen en sede central deben obedecer al modelo de sistema que se opte, que es la primera tarea del gobernante. Debe decidirse qué modelo de enseñanza quiere el Perú del siglo XXI, con base en ello decidir la infraestructura que se necesita y el modelo de gestión que resulte más idóneo. Por otro lado, aquellas experiencias de control en manos de los propios padres de familia han resultado exitosas en la mayoría de los casos, dependiendo de la zona de que se trate.

Contenido académico y enseñanza basada en valores

Poco menos del 30% de los peruanos en edad escolar no se matriculan a clases, es decir, tenemos un forado de asistencia y de cobertura de la educación. Las causas son diversas y podría demandar un estudio mucho más complejo intentar descubrirlas, ya que vienen vinculadas con el contexto social, cultural, económico y de diversa índole, como que muchos de los niños y adolescentes de zonas rurales deben concentrarse en el trabajo tempranamente antes que en la escuela.

Pero ello no impide ver que una de esas causas sea el nivel de la enseñanza, así como la orientación que debe ser diferenciada en función de las necesidades de los educandos y de la población en general. Pero, al mismo tiempo, procurar que todos tengan igualdad de condiciones mínimas para desarrollar ciertas aptitudes que les serán de provecho en el Perú del futuro, un país que se va convirtiendo en un gran mercado global, y en el que los productos se oferten por internet y el comercio electrónico sea cotidiano. Esta realidad debe ser advertida y pensada por nuestros gobernantes y legisladores.

En este país, apenas despertamos ante el letargo de sabernos poco o malos lectores cuando ya debemos de preocuparnos en el uso de la tecnología y de cómo esta haga más fácil la vida de los seres humanos. Por ello, la orientación de la enseñanza es importante que sea relevada teniendo en cuenta estas consideraciones.

Adicionalmente, tratándose de calidad de la enseñanza y la orientación hacia valores, dos aspectos que de alguna manera –incipiente todavía- se han venido tratando de abordar en los últimos años, las agendas presidenciales deben incidir de modo agresivo. No podemos permitir que los profesores tengan mal nivel académico o se quejen porque se pretende tomar pruebas que los evalúe para determinar sus condiciones académicas, o que se quejen por la dificultad de las mismas. Es un escenario corrupto en el que nos hemos estado moviendo, llevados por un mal concepto de gremio que todo lo apaña y todo lo esconde, haciendo que la calidad de la enseñanza en el Perú peligre. Si estamos convencidos que el presupuesto para educación es una inversión y no un gasto, comencemos por ordenar internamente la casa para que no haya más sinvergüenzas bajo el título de profesor.

A nivel de valores, por otro lado, ya se ha comenzado desde los más pequeños a sembrar este hábito de análisis, inclinando todo hacia el tamiz de lo correcto y lo incorrecto, lo debido y lo indebido, a partir de comparaciones de conducta que se hace. Pero el problema subsiste en nuestra actual sociedad porque mientras a los niños les enseñan a valorar sus comportamientos en términos de lo correcto y debido en busca del bien superior, los padres que pertenecen a otra generación siguen tomando decisiones correctas, como mentir al jefe en el trabajo, pasarse la luz roja, coimear al policía de tránsito, saltarse la cola para llegar primero a la ventanilla, hacer las compras del mercado familiar cargándolas al RUC de la empresa familiar, no pagar el pasaje completo en el bus o exigir que este se detenga en cualquier esquina que no es paradero oficial. Es decir, en este momento crucial de corte generacional, problema que han afrontado las sociedades en procesos de cambio, los niños necesitan un fuerte refuerzo en valores para que, a pesar de los padres digan o actúen en sentido contrario, el análisis en valores sea el que resulte victorioso. Es todo un reto, pero necesario, si queremos pasar este escollo generacional rumbo a un Perú visionado como una sociedad en la que la conciencia del deber sea la que prime en función del bien común.

Aspectos salariales

Finalmente, pero no menos importante la política salarial del magisterio. Si tenemos una educación de nivel óptimo, reforzada en valores, con incentivo de la cultura y el arte, predominantemente acentuada hacia los aspectos técnicos que requiere el entorno social del educando, que optimice el uso de la tecnología, y con profesores de buen nivel, debe pagarse bien a esos profesionales, sin duda alguna.

Es sabido que en países de nivel académico más elevado, la educación pública es de primer nivel, el Estado se preocupa por sus educandos y los califica exigentemente. Aplicar ese modelo al Perú, revisando las estructuras mismas de la enseñanza, dejando de lado aspectos que fueron moldes en boga hace ya casi 100 años, pero que hoy resultan poco aplicables, seguramente.

Actualmente, un profesor gana poco, tiene otros trabajos, se malbaratea y brinda, por consiguiente, una formación de baja calidad, ese es el común denominador de nuestro magisterio, a eso se lo ha llevado, postergado por un interés siniestro de tener un país minusválido académicamente. Eso debe terminar y ser corregido.

De manera que cuando un candidato a lo que sea mencione las palabras reforma educativa preguntémonos si está considerando todas estas variables en su enfoque y análisis, si ofrece las soluciones a todas ellas y, lo más importante, si exhibe claramente el modo en que la llevará adelante.

¡A votar pero con conciencia!



Revisar
Informe sobre la Educación Peruana
http://www.perueduca.edu.pe/ninas-y-adolescentes-zonas-rurales/archivos/informe_educ_peruana.pdf

viernes, 4 de marzo de 2011

Los malabares de la vida

La vida es como un juego en el cual tú estás haciendo malabares con cinco pelotas en el aire. Ellas son trabajo, familia, salud, amigos y espíritu, y tú las mantienes a todas ellas en el aire a la misma vez.

Pronto entenderás que el trabajo es una bola de goma. Si se te cae, rebotará y la tendrás de regreso. Pero las otras cuatro bolas – familia, salud, amigos y espíritu- están hechas de vidrio. Si se te cae una de ellas, quedarán irremediablemente raspadas, marcadas, cortadas, dañadas o hasta destrozadas. Ellas nunca serán las mismas de antes. Tú debes entender eso y esforzarte por ello.

Trabaja eficientemente durante tus horas de oficina y sal a tiempo. Dales el tiempo adecuado a tu familia, amigos y descansa apropiadamente.