El proyecto fue ofrecido por Barrera durante su campaña electoral y, en caso de concretarse, será el primer sistema de transporte masivo subterráneo en Ecuador.
Barrera señaló que la próxima semana viajará a Madrid con el fin de iniciar el proceso de cooperación, cuyo punto de partida serán los diseños, estudios y preparación de todo el proyecto.
"Tenemos prácticamente ya establecido un acuerdo con la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid", agregó Barrera al indicar que la próxima semana se firmará un acuerdo marco de cooperación para tener técnicos que apoyen en diseños, estudios y preparación del proceso.
El alcalde de Quito se congratuló por el "hermanamiento con uno de los sistemas de metro más modernos y actualizados", como el que tiene la capital española.
Como se sabe, y los que hemos tenido la oportunidad de visitar la ciudad española, el Metro de Madrid es el más completo y más moderno en cuanto a redes interconectadas de transporte subterráneo existe en Europa. No hace falta sino asistir al encomiable espectáculo de subirse al Metro, dejarse guiar por la estupenda señalización que existe, incluso realizar conexiones o trasbordos –como le dicen los madrileños- y culminar airoso la travesía, desde cualquier punto de la capital española.
Algunos estudios demuestran que no todas las ciudades, sin embargo, necesitan exactamente un transporte subterráneo, como es el caso de algunas ciudades mejicanas o chilenas que cuentan con trenes eléctricos o tranvías, pero ese no es el caso de Lima, sólo por mencionar una de las ciudades peruanas que más extrañan o exigen un transporte masivo de este tipo. Es decir, no estamos contando, una vez más, con que existen otras ciudades importantes de nuestro país que podrían situarse a la altura de la satisfacción de las necesidades y en las que, tal vez, sí corresponda por ejemplo un tranvía para movilizar a la mayoría de pasajeros o turistas, según lo que se privilegie.
Por nuestra parte, el proyecto actualmente en marcha todavía sigue siendo cuestionado por el hecho de que sea precisamente la mejor solución al problema del transporte masivo en Lima. Esto demuestra por enésima vez en nuestro medio que las decisiones se toman de manera aislada y jamás orgánicamente. Cada quien saca sus conclusiones y asume sus prioridades, enfrentándose a solucionar desde su pequeña porción de poder aquello que representa una necesidad.
Hace falta una visión sistémica de los problemas nacionales y plantearse, por ende, soluciones integrales y orgánicas, de impacto a nivel nacional y a largo plazo, aunque sean costosas, esa es la mejor manera de planificar y pensar en grande. Pero, desde luego, esta es otra historia.
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